Cáncer de páncreas:
Tratamiento y resultados
*Importante: este grupo de diapositivas representa una interpretación visual y no pretende proporcionar ni reemplazar el consejo médico o clínico.
El cáncer de páncreas afecta al páncreas, un órgano del aparato digestivo que se encuentra ubicado en la parte superior del abdomen.
El páncreas tiene dos funciones importantes. Produce hormonas para regular el azúcar en la sangre y enzimas para descomponer los alimentos en el aparato digestivo.
El tratamiento del cáncer de páncreas se divide en dos enfoques: curativo y no curativos (o paliativo).
El tratamiento curativo es posible para los tumores localizados que pueden extirparse quirúrgicamente.
En la mayoría de los casos, el cáncer de páncreas se encuentra en la cabeza del páncreas.
Los tumores en la cabeza del páncreas se eliminan mediante una cirugía que se conoce como procedimiento de Whipple. En esta cirugía, se extirpan la cabeza del páncreas, el conducto biliar distal y parte del intestino delgado. También implica cirugía reconstructiva.
Los tumores en la cabeza del páncreas se eliminan mediante una cirugía que se conoce como procedimiento de Whipple. En esta cirugía, se extirpan la cabeza del páncreas, el conducto biliar distal y parte del intestino delgado. También implica cirugía reconstructiva.
El procedimiento de Whipple es una cirugía mayor que dura de 3 a 5 horas y, por lo general, requiere una hospitalización de 7 a 10 días. La operación tiene mejores resultados si la realizan cirujanos especializados.
Si el tumor está en el cuerpo o la cola del páncreas, se realiza una pancreatectomía distal para eliminar estas partes del páncreas, así como el bazo y, a veces, parte del estómago.
Con muy poca frecuencia, en el caso de tumores grandes o múltiples, se extirpa todo el páncreas junto con la vesícula biliar, parte del conducto biliar, el duodeno, y parte del estómago y el bazo. Luego se realiza una cirugía reconstructiva.
Con muy poca frecuencia, en el caso de tumores grandes o múltiples, se extirpa todo el páncreas junto con la vesícula biliar, parte del conducto biliar, el duodeno, y parte del estómago y el bazo. Luego se realiza una cirugía reconstructiva.
Después de la cirugía, se administra quimioterapia para ayudar a destruir cualquier célula cancerosa que haya quedado en el cuerpo. También se utiliza un tratamiento con radiación contra las células cancerosas que quedaron en el páncreas.
La recuperación después de la cirugía puede ser lenta.
Después de un procedimiento de Whipple, el estómago se vacía más lentamente, lo cual puede causar náuseas, vómitos, sensación de saciedad rápida y malnutrición. No obstante, esto mejora con el tiempo.
Asimismo, las infecciones y las fugas de jugos pancreáticos son comunes durante el proceso de cicatrización.
La pérdida de peso durante las primeras 3 a 4 semanas después de la cirugía es normal.
Si el tumor no es operable, la intención del tratamiento es no curativa o paliativa.
En lugar de intentar curar la enfermedad, el objetivo del tratamiento es controlar la enfermedad, prolongar la vida, aliviar los síntomas y mantener la calidad de vida.
La quimioterapia y la radiación pueden utilizarse para demorar la evolución del cáncer, y con frecuencia se utilizan medicamentos para el manejo del dolor.
Los resultados a largo plazo después del tratamiento curativo varían enormemente. Incluso después de una cirugía exitosa, quimioterapia y radiación, el cáncer de páncreas reaparece en la mayoría de los casos.
Entre el 15 y el 40% de las personas que se someten a cirugía viven cinco años o más. Sin embargo, en promedio, el cáncer regresa aproximadamente un año después, y la supervivencia posterior al tratamiento es de entre uno y dos años.
La nutrición es importante tanto en los planes de tratamiento curativos como en los paliativos.
La disminución del apetito y sensación de saciedad rápida son frecuentes. Además, el páncreas pierde la capacidad de funcionar adecuadamente. Esto puede afectar la forma en que se absorben los nutrientes de los alimentos y su capacidad para regular el azúcar en la sangre.
Para ayudar a mantener el peso y la nutrición, el plan de tratamiento puede incluir terapia de reemplazo de enzimas pancreáticas, suplementos nutricionales y estimulantes del apetito. Además, se pueden recomendar cambios para reducir la cantidad de grasa en la dieta, así como aumento de la frecuencia de comidas pequeñas o refrigerios.